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La periostitis es un trastorno muscular y óseo muy prevalente en los atletas que causa dolor e inflamación del periostio, la capa externa de los huesos. El dolor suele ser intenso, constante y punzante, que a veces puede empeorar con el movimiento o cuando se presiona la zona afectada. Si bien el trastorno generalmente afecta a un solo hueso, es posible que se extienda a varios huesos.
En los atletas, la periostitis a menudo es causada por actividades repetitivas o un exceso de entrenamiento. Por ejemplo, los corredores que aumentan el nivel de intensidad de entrenamiento pueden desarrollar una periostitis, ya que el tejido óseo no crece tan rápido como los músculos. Si se pisa con demasiada fuerza, los bordes óseos se sobrecargan y el periostio se desgasta. Esto causa dolor, calambres musculares y dificultades para realizar cualquier movimiento.
Los síntomas de la periostitis incluyen dolor, sobre todo al principio y al final del movimiento (es decir, el dolor empeora cuando comienza y cuando finaliza el movimiento). También hay sensibilidad, calambres y dificultad para mover la zona afectada. En los casos más graves, el dolor puede ser constante y se extenderá de un extremo del hueso al otro. Además, los atletas pueden experimentar hinchazón o deformidad alrededor del área donde se genera el dolor.
Además de estos síntomas, los atletas también pueden experimentar fatiga más rápidamente debido a la debilidad muscular resultante del dolor. Esto significa que es menos probable que los atletas se mantengan activos y pueden encontrarse más cansados y con menos energía para realizar sus actividades.
Los atletas con síntomas de periostitis deberían consultar con un médico para un diagnóstico adecuado. Los medicamentos orales y los AINE (analgésicos anti inflamatorios no esteroideos) son generalmente el primer paso para el tratamiento. Estos medicamentos reducen el dolor y la inflamación. El calor y la hielo suelen usarse como medidas adicionales para aliviar los síntomas. Reposo, aplicación de compresas y estiramientos adecuados también pueden ayudar a aliviar el dolor.
Una vez controlado el dolor, es importante realizar ejercicios para desarrollar el tejido óseo y el tejido conectivo para que se fortalezca. Por lo tanto, el ejercicio debe ser progresivo, para permitir que el tejido madure a medida que se aumenta la intensidad. El calentamiento antes del entrenamiento también es importante para prevenir la recurrencia de la periostitis. Entre los ejercicios recomendables se incluyen el levantamiento de pesas y los ejercicios de stretching.
La prevención es la clave para reducir el riesgo de lesiones relacionadas con la periostitis. Los atletas deben usar un calzado adecuado para minimizar el impacto al caminar o correr. El calentamiento y los estiramientos adecuados también pueden ayudar a prevenir lesiones. Además de esto, los atletas deben ser prudentes con el exceso de entrenamiento, ya que aumentar la intensidad demasiado rápido puede provocar lesiones.
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