Entrenar físicas policía 2023 mujeres Madrid

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La pisada supinadora es una condición común entre los atletas, caracterizada por el arco excesivamente elevado de los pies. Esto a menudo conlleva a un patrón de movimiento anormal en la carrera, caminar y saltar. La pisada supinadora es una condición difícil de detectar, ya que los síntomas a menudo no se presentan durante la actividad, sino después de una gran cantidad de actividad física.

La pisada supinadora se descubrió por primera vez en el siglo diecinueve por el médico alemán Nikolaus Heine, quien descubrió que el arco de los pies se tenía que elevar con una cantidad menor de peso para poder apoyar el arco posteriormente. Esto se conoce como el patrón de la pisada supinadora.

Cuando un atleta sufre de pisada supinadora, hay un mayor riesgo de problemas de lesiones. Estas lesiones pueden ser en la rodilla, la pantorrilla, el femur, el tobillo, la espalda y los pies. Estas lesiones se deben al hecho de que los pies no están realizando su función natural de amortiguar el impacto de la tierra. Esto hace que los resultados sean mucho menos predecibles y mucho más difíciles de tratar.

Otra consecuencia a largo plazo de la pisada supinadora es el aumento del riesgo de desarrollar diferentes enfermedades musculoesqueléticas, como el tendón de Aquiles, el daño articular, el síndrome Sutter Oblique y la lesión del ligamento lateral interno del tobillo. También hay una mayor propensión a tener fracturas de stress y tendinopatía.

Además de estos riesgos, la pisada supinadora puede alterar el rendimiento general de un atleta. Esto se debe a que el arco alto reduce considerablemente la responsabilidad y el rendimiento en la absorción de impactos cuando el atleta transporta el peso corporal a través del suelo. Esto hace que sea más difícil para los atletas transferir la energía con precisión cada vez que saltan, corren o caminan. Esta falta de precisión puede afectar la capacidad de los atletas para reaccionar rápidamente, lo cual a su vez puede reducir la fuerza, la velocidad y la resistencia.

Es importante tener en cuenta que la pisada supinadora no se produce de la noche a la mañana, sino que se desarrolla con el tiempo. Esto significa que, con el tratamiento adecuado, el patrón de la pisada supinadora se puede mejorar. El tratamiento más común para esta condición incluye la realización de algunos ejercicios de estabilización de la rodilla, la aplicación de ejercicios de fortalecimiento de los músculos de la pantorrilla, el uso de rieles para ejercitar el arco del pie y la realización de ejercicios de distribución adecuada del peso.

En resumen, la pisada supinadora puede tener un efecto negativo en el rendimiento de un atleta. Esto se debe a que la pisada supinadora puede reducir significativamente la precisión de los movimientos del atleta, así como aumentar el riesgo de lesiones musculoesqueléticas. Por lo tanto, es importante evaluar regularmente la forma en la que los atletas realizan sus actividades deportivas para detectar precozmente la presencia de pisada supinadora. Además, una vez detectada, es importante realizar un tratamiento adecuado para corregir la pisada supinadora y mejorar el rendimiento del atleta.

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